El FBI creó su propia criptomoneda para ayudar a combatir las ciberestafas
De forma inesperada la Oficina Federal de Investigación de EEUU más conocida como FBI dio a conocer que creó su propio token llamado NexFundAI como una herramienta que le ayudaría a investigar actividades fraudulentas en el sector de los activos digitales.
Luego de su lanzamiento -y en base a una investigación- el FBI pudo acusar a 18 personas y entidades involucradas en un esquema generalizado de manipulación del mercado de monedas virtuales.
Es que el token NexFundAI, que operaba en la cadena de bloques Ethereum, fue diseñado por las fuerzas de seguridad de EEUU como un valor “anzuelo” para atraer a los estafadores a una operación encubierta.
De acuerdo con la Justicia estadounidense, esa investigación ha sido una advertencia para los inversores en criptomonedas porque la idea fue alertar a aquellos que hacen declaraciones falsas para engañar a los tenedores de Bitcoin y otras monedas al incurrir con esto en un fraude.
En ese sentido, el FBI indicó que perseguirá agresivamente a los estafadores en la industria de las criptomonedas y el ciberespacio en general.
En la investigación, las autoridades acusaron a los líderes de cuatro empresas de criptomonedas y a cuatro firmas de marketing por su participación en actividades fraudulentas, entre ellas esquemas de compraventa de criptomonedas y operaciones de lavado, que inflaron artificialmente los precios de los tokens.
Tras la operación se incautaron más de 25 millones de dólares en criptomonedas y se desmantelaron varios robots de operaciones responsables de manipular el mercado de aproximadamente 60 criptomonedas diferentes.
La Operación del FBI, conocida como “Token Mirrors (tokens espejados)”, puso el foco en desarrolladores, promotores y creadores de mercado de tokens.
Básicamente, lo que el FBI descubrió en ese caso es esencialmente un nuevo giro en el crimen financiero de la “vieja escuela” ya que la operación buscaba identificar y desmantelar sofisticados esquemas comerciales destinados a engañar a los inversores.
Durante el caso, las billeteras del FBI quedaron expuestas involuntariamente y revelaron información confidencial sobre ellas. Así, estos monederos oficiales asociados con el FBI habían estado involucradas en múltiples transacciones.
En otro orden de cosas, la investigación expuso cómo los acusados manipularon el mercado de criptomonedas mediante prácticas engañosas.
Se ha dado por supuesto que estos hicieron declaraciones falsas sobre sus tokens para atraer inversores y participaron en operaciones de lavado, una práctica en la que se realizan transacciones con la intención de engañar al mercado para que crea que hay una mayor actividad y demanda de un token.
Ante esto, lo que ocurrió es que se infló el precio de los tokens, lo que les permitió a los estafadores obtener ganancias vendiendo sus tenencias a precios artificialmente aumentados.
Saitama, una de las empresas implicadas, ostentaba en su apogeo una valoración de mercado de miles de millones. Mientras tanto, varios jugadores fuertes fueron acusados de facilitar operaciones de lavado de activos para NexFundAI, el token creado por el FBI como parte de la investigación.
Ante movimientos como este, los inversores han mostrado una aún más profunda confianza en la cadena de bloques.
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